lunes, febrero 11, 2008

Ásoka: de la conquista de Kalinga al abrazo del budismo



Aśoka (devanāgarī: अशोक) o Aśokavardhana, 273 adC - 232 adC, hijo de Bindusāra, tercer emperador Maurya. Aśoka reinó sobre la mayor parte del subcontinente indio, del actual Afganistán hasta Bengala y también hacia el sur, hasta la actual Mysore.

El conquistador, el budista

La subida al trono de Aśoka parece haber planteado problemas ya que fue coronado cuatro años después. Después de un inicio de reinado muy autoritario, horrorizado tras su sangrienta conquista de Kalinga (en la costa este de la India, actualmente en el estado de Orissa), Aśoka contribuyó a la difusión del budismo. Sin embargo, no existe ninguna prueba que atestigüe su conversión. Fue no obstante un ferviente propagandista y envió misioneros a lugares lejanos, tales como la isla de Ceilán, convertida por su hija Sanghamita y su hijo (o hermano) Mahinda, citados solamente en las crónicas cingalesas, e ignorados en las inscripciones indias que no mencionan más que a tres de sus hijos: Tvara, Kunala y Jalauka.

La siguiente etapa de su reinado conoció una política oficial de no violencia, la ahimsa. Hizo construir hospitales para animales y restaurar las carreteras principales de la India. Probablemente fue el gran difusor del vegetarianismo en el país.

La fuente de la mayoría de nuestros conocimientos sobre Aśoka son las numerosas inscripciones que hizo grabar en pilares y rocas por todo su imperio, mayoritariamente en lengua magadhi (un prácrito) en escritura brahmi (y a veces en caracteres kharosthi), pero también en griego y en arameo. Además de que estas inscripciones representan las primeras muestras de la notación escrita de una lengua india y que esta misma escritura originó todas las lenguas semisilábicas presentes actualmente en suelo indio (como la devanagari), favorecieron la propagación de la ética budista y fomentaron la no violencia y la adhesión a la doctrina del dharma, el deber o comportamiento justo. Se observa también la importancia dada a una lengua vulgar y vernácula, el prácrito, en detrimento de la lengua « noble » y literaria, el sánscrito, demostrando así una preocupación por ser comprendido por el pueblo.



Amplió la capital, Pataliputra (la actual Patna), e hizo construir un palacio al estilo persa. También convocó el tercer Concilio Budista (233 adC o 243 adC).

Tras el reino iluminado de Aśoka, la reforma del imperio Maurya fue aprovechada por los invasores, y pronto cayó en declive y se fragmentó en multitud de principados. Hasta la colonización británica (cerca de 2000 años más tarde), nunca una parte tan grande de un subcontinente estuvo unida bajo un mismo gobierno.


Reconociendo su papel sin precedentes en la historia del país, India hizo del capitel de las columnas de Aśoka (o lat) uno de los símbolos de la república india.

Los edictos de Ásoka

Fragmento del 6º Decreto del pilar de Aśoka. Museo Británico.

Primer Decreto: Antiguamente, en las cocinas del rey Piyadassi (otro nombre de Aśoka), el Bienamado de los Dioses, se mataba diariamente a centenares de miles de animales por su carne. En adelante, sólo se matarán tres animales; dos pavos y un ciervo, y el ciervo no siempre. Incluso en el futuro ya no se matará a estos tres animales.


ASÓKA EN EL CINE





La vida de Ásoka, epopeya digna de una superproducción a la altura de Ben Hur, Espartaco, Corazón valiente o Calígula, fue llevada al cine indio por Santosh Sivan con Shahrukh Khan y Kareena Kapoor como protagonistas. El versátil Raj Kumar Santoshi rodará su propia versión épica sobre el Emperador Ashoka en Enero pero esta vez el filme será protagonizado por Ajay Devgan.