martes, febrero 12, 2008

5 AM



Son las 4 am y no vuelve.
Le levanto las tapas a la casa pero nada se mueve en el tejado.
Está empezando a helar.
La de criaturas cartilaginosas que habrá por ahí fuera, jugando con las luces de la ciudad.
Saco el farolillo, lo agito como una controladora aérea. ¡¡¡¡PSSSS, PSSSSSSS, FIUUUU, FIUUUU!!!!

Pasa un jumbo rompiendo el cielo.
Se oye un tintineo de alambres batidos o de brujas saltando a la comba en la hora de las ánimas benditas.

En el Rastro, sin rastro de Lola.

Son las 5 am.

MIAUUUUUUUUUUUUU, ZRAS,ZRAS,ZRAS.

Sus ojos amarillos me traspasan mientras amasa el cristal escarchado con sus almohadillitas desteñidas.

MIAUUUUUUUUUUUUU, ZRAS,ZRAS,ZRAS. [ÁBREMEEEEE, HAMBRE, ZUEÑO, FRÍO, MIAWWWWWWW].

Tiene las orejas congeladas, el morro congelado, el pelo brillante de triunfadora de la noche.

Ha vuelto. Y ronronea. Y se pega para dormir en mi costado.